Los titanes y las titánides eran la poderosa estirpe de dioses que gobernaban durante la legendaria Edad de Oro, antes de que llegaran al poder los Dioses del Olimpo, propiamente dichos.
Los titanes están relacionados con diversos conceptos primordiales del Universo y algunos de ellos simplemente extrapolaban a sus nombre: El Océano, la Tierra, la Luna, la Ley natural, la Memoria… Eran doce y precedieron a los Doce Olímpicos:
Titanes: Océano (el océano conocido), Ceo (la inteligencia), Hiperión (el sol), Japeto (padre de Atlas y Prometeo) y Crono (el tiempo. Rey de los dioses)
Titánides: Febe (inteligencia), Mnemósine (la memoria), Rea (la reina de los dioses), Temis (orden, leyes y costumbres), Tetis (el mar) y Tea (la vista)
La interpretación de estas deidades pasa primero por la intención de mostrarlos como estatuas antiguas al gusto griego en su máxima expresión de elegancia y vigor. Cuerpos cincelados guardando escrupulosamente el canon. La monocromía de las obras pretende relacionarse con la pureza y los conceptos primordiales que suponían la base de la convivencia en la Edad de Oro. La simplicidad, elocuente por sí misma, da importancia sólo a lo fundamental, en este caso, la exaltación de las formas y volúmenes. Se obvian intencionadamente todos los adornos innecesarios como podrían ser los atributos de cada personaje o el color.